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Saliendo del fango

Traducción al castellano del artículo "Out of the Tar Pit"

Traducción en progreso

Autores:

Traducción:

  • Sebastián Ortega
  • Álvaro Castellanos

Resumen

El mayor obstáculo en el desarrollo de sistemas software de envergadura es la complejidad. En consonancia con Brooks, distinguimos entre complejidad accidental y esencial pero no aceptamos su premisa de que la mayoría de la complejidad que se puede encontrar en los sistemas actuales es esencial. Identificamos las causas más comunes de la complejidad y discutimos aproximaciones generales para minimizar la complejidad de naturaleza accidental. Para hacer más concreta la exposición, se bosqueja una potencial aproximación a la minimización de complejidad basada en la programación funcional y en el modelo de datos relacional de Codd.

1. Introducción

La "crisis del software" fue identificada por primera vez en 1968 [NR69, p70] y en las décadas que han transcurrido desde entonces se ha profundizado en lugar de aliviarse. El mayor problema en el desarrollo y mantenimiento de grandes sistemas software es la complejidad: estos sistemas son difíciles de comprender. Creemos que en muchos casos el mayor contribuyente para esta complejidad es la gestión del estado y el lastre que añade cuando se intenta analizar y razonar acerca del sistema. Otros contribuyentes estrechamente relacionados son el volumen de código y, de forma especialmente preocupante, el flujo de control a través del sistema.

Las estrategias clásicas para gestionar el estado incluyen a la programación orientada a objetos, que acopla estrechamente estado y comportamiento, y la programación funcional, que en su forma más pura evita completamente el estado y los efectos laterales. Estas estrategias padecen de varios (y diferentes) problemas cuando se aplican al diseño de grandes sistemas de forma tradicional.

Defendemos que es posible tomar ideas útiles de ambas estrategias y que, en combinación con algunas ideas del mundo de las bases de datos relacionales, se puede tomar una aproximación con un significativo potencial para simplificar la construcción de grandes sistemas software.

Este artículo está dividido en dos mitades. En la primera mitad nos centramos en la complejidad. En la sección 2, examinamos la complejidad en general y justificamos nuestra creencia de que ésta es la raíz de la crisis para, a continuación examinar cómo se intenta comprender un sistema en la actualidad en la sección 3. En la sección 4, examinamos las causas de la complejidad (i.e. aquello que dificulta la compresión) antes de discutir los enfoques clásicos para gestionar estas causas en la sección 5. En la sección 6, definimos qué entendemos por "accidental" y "esencial" y después en la sección 7 damos recomendaciones para abordar de forma alternativa las causas de la complejidad (con énfasis en prevenir los problemas en lugar de afrontarlos).

En la segunda mitad del artículo detallamos un enfoque que se deriva de nuestra estrategia recomendada. Comenzamos con una revisión del modelo relacional en la sección 8 y una descripción de una potencial estrategia en la sección 9. En la sección 10 proveemos un breve ejemplo de cómo éste podría ser usado.

Finalmente contrastamos nuestra aproximación con otras posibles en la sección 11 y concluimos en la sección 12.

2. Complejidad

En su clásico artículo, "No Silver Bullet", Brooks [Bro86] identificó cuatro propiedades de los sistemas software que hacen el desarrollo de software difícil: Complejidad, Conformidad, Facilidad de cambio e Invisibilidad. De entre ellas, creemos que la Complejidad es la única significativa: las otras pueden bien ser clasificadas como formas de complejidad o bien considerarse problemáticas únicamente a causa de la complejidad en el sistema.

La complejidad es la causa última de la inmensa mayoría de los problemas relacionados con el software hoy en día. Inestabilidad, retrasos, falta de seguridad, a menudo hasta los problemas de rendimiento, pueden ser vistos como el producto de una complejidad inmanejable en estos grandes sistemas. Esta clasificación de la complejidad como la causa principal es consecuencia del hecho de que ser capaces de comprender un sistema es un pre-requisito para evitar todos estos problemas y la complejidad incapacita esta comprensión.

La relevancia de la complejidad es ampliamente reconocida. Como dijo Dijkstra [Dij97, EWD1243]:

"...tenemos que mantenerlo ordenado, desenmarañado y simple si queremos evitar ser aplastado por las complejidades de nuestra propia obra..."

...y The Economist dedicó un artículo completo a la complejidad del software [Eco04] señalando que algunas estimaciones valoran en 59 miles de millones de dólares anuales de coste para la economía americana de los problemas relacionados con el software.

La capacidad de pensar y razonar sobre nuestros sistemas (en particular sobre los efectos de los cambios que se les realicen) es de una crucial importancia. Los peligros de la complejidad y la importancia de la simplicidad han sido un tema popular en las exposiciones del premio Turing de la ACM. En su exposición de 1990, Corbato dijo [Cor91]:

"El problema general con los sistemas ambiciosos es la complejidad.", "...es importante enfatizar el valor de la simplicidad y la elegancia, dado que la complejidad es un camino de dificultades creciente"

En 1997, Backus [Bac78] habló sobre las "complejidades y debilidades" de los lenguajes tradiciones y apuntó que:

"hay una necesidad desesperada de una metodología poderosa que nos ayude a razonar acerca de los programas. ... los lenguajes convencionales crean una confusión innecesaria en nuestra forma de razonar sobre los programas"

Finalmente en su discurso de aceptación del premio Turing en 1980, Hoare [Hoa81] hizo esta observación:

"...hay una cualidad que no puede ser comprada... y es la fiabilidad. El precio de la fiabilidad es la búsqueda de la mayor simplicidad"

y

"Llego a la conclusión de que hay dos formas de construir un diseño software: o bien se hace algo tan simple que obviamente no tiene defectos o bien se hace tan complicado que no hay deficiencias obvias. El primer método es mucho más difícil."

Esta es la desafortunada realidad:

La simplicidad es difícil.

...pero el propósito de este artículo es dar motivos para el optimismo.

Nuestro argumento final es que el tipo de complejidad del que estamos discutiendo en este artículo es la que hace a los grandes sistemas difíciles de comprender. Este es el motivo que nos hace consumir recursos ingentes para crear y mantener dichos sistemas. Este tipo de complejidad no tiene nada que ver con teoría de la complejidad (la rama de la ciencia de la computación que estudia los recursos consumidos por una máquina al ejecutar un programa). No tienen relación alguna: es sencillo escribir un pequeño programa de pocas líneas que sea increíblemente simple (en nuestro sentido) y que pertenezca a la mayor clase de complejidad (en el sentido de la teoría de la complejidad). De aquí en adelante sólo nos referiremos a complejidad del primer tipo.

Debemos examinar las que consideramos como principales causas comunes de la complejidad (aspectos que dificultan la comprensión) después de examinar de qué formas tratamos de comprender los sistemas habitualmente.

3. Formas de comprender un sistema

Defendíamos antes que el peligro de la complejidad lo trae su impacto en nuestra capacidad para comprender sistemas. Por esto, es interesante considerar los mecanismos que comúnmente se utilizan para tratar de comprender estos sistemas. A continuación, consideraremos el impacto que las posibles causas de la complejidad tienen en estos enfoques. Los dos enfoques más utilizados para la compresión de los sistemas (o componentes de los sistemas) son:

  • Pruebas. Estas tratan de comprender un sistema desde fuera, como una "caja negra". Se determinan aspectos del sistema en base a observaciones sobre su comportamiento ante determinadas situaciones. Estas pruebas pueden ser desempeñadas manual o automáticamente. Lo primero es más común en las pruebas del sistema al completo y lo segundo a nivel de componente individual.

  • Razonamiento informal. Se trata de intentar comprender el sistema examinándolo desde dentro. Se espera que esta información adicional permita llegar a una compresión más precisa.

De los dos, el razonamiento informal es el más importante de lejos. Esto se debe a que, como veremos más adelante, hay límites inherentes a lo que puede lograrse por medio de pruebas, y por ello el razonamiento informal (en virtud de ser una parte inherente del proceso de desarrollo) siempre se utiliza. La otra justificación es que un mejor razonamiento informal lleva a introducir menos errores mientras que un mejor proceso de pruebas tan solo lleva a detectar más errores. Como Dijkstra dijo en su discurso de aceptación del premio Turing [Dij72, EWD340]:

"Aquellos que realmente quieren software fiable descubrirán que para empezar tienen que encontrar cómo evitar la mayoría de los errores."

y como O'Keefe (quien también hizo hincapié en la importancia de "comprender tu problema" y que "La elegancia no es opcional") dijo [O'K90]:

"Nuestra respuesta a los errores debería ser buscar formas de evitarlos, no culpar a la naturaleza de las cosas."

El principal problema con las pruebas es que una prueba (de cualquier tipo) que utiliza un particular conjunto de entradas no dice nada en absoluto sobre el comportamiento del sistema o el componente cuando se le de un conjunto diferente de entradas. El gran número de posibles entradas diferentes descarta la posibilidad probar exhaustivamente en el caso general, de ahí que sea inevitable preguntarse al probar: ¿has probado los casos adecuados*?*. Sólo se puede responder con certeza a esta pregunta en el caso negativo, cuando el sistema falla. De nuevo, como Dijkstra observó [Dij71, EWD303]:

"las pruebas son desesperanzadoramente inadecuadas... pueden ser usadas muy efectivamente para demostrar la presencia de errores pero nunca para demostrar su ausencia."

Coincidimos con Dijkstra. Confía en pruebas bajo tu propia responsabilidad. Esto no quiere decir que probar no sirva para nada. La conclusión es que todas las formas de intentar comprender un sistema tienen sus limitaciones (y esto incluye tanto al razonamiento informal, limitado en su alcance, impreciso y por tanto propenso al error; como al razonamiento formal, que depende de la precisión de la especificación). Debido a estas limitaciones puede ser recomendable emplear pruebas y razonamiento de forma conjunta en muchas situaciones.

Es precisamente debido a las limitaciones de todos estos enfoques que la simplicidad es vital. Cuando se considera junto a las pruebas y el razonamiento, la simplicidad es más importante que cualquiera de estos dos. Si se tuviese que elegir entre invertir en pruebas o en simplicidad, la segunda opción es con frecuencia la mejor ya que facilita todos los futuros intentos de comprender el sistema, sean del tipo que sean.

4. Causas de la complejidad

En cualquier sistema no trivial hay una cierta cantidad de complejidad que es inherente al problema a resolver. Sin embargo, en los grandes sistemas nos encontramos con complejidad sospechosa de no ser "inherente al problema". Ahora consideraremos algunas de las causas de esta complejidad.

4.1 Complejidad causada por el estado

Cualquiera que haya llamado al servicio de soporte de algún sistema software y haya sido invitado a "probar de nuevo", "recargar el documento", "reiniciar el programa", "reiniciar el ordenador", "reinstalar el programa" o incluso "reinstalar el sistema operativo y después el programa" tiene experiencia de primera mano sobre los problemas que el estado1 produce cuando se intenta escribir software robusto y comprensible.

El motivo por el que estas situaciones son familiares para tanta gente es que son habitualmente propuestas porque normalmente resuelven el problema. Esto sucede porque muchos sistemas gestionan su estado de forma errónea. A su vez, estos errores son introducidos porque la existencia del propio estado hace los programas difíciles de comprender. Los hace complejos.

En relación al estado, nos mostramos de acuerdo con la opinión de Brooks cuando afirma [Bro86]:

"De la complejidad nace la dificultad para enumerar, ni siquiera comprender, todos los posibles estados del programa y de ahí nace falta de fiabilidad"

Estamos de acuerdo con esto pero creemos que es la mera existencia de tantos posibles estados lo que en primer lugar produce complejidad, y:

"computadoras... tienen un número muy grande de estados. Esto hace que concebirlos, describirlos y probarlos sea difícil. Los sistemas software tienen órdenes de magnitud más estados que las propias computadoras."

4.1.1 Impacto del estado en las pruebas

La gravedad del impacto del estado en las pruebas que advirtió Brooks es difícil de exagerar. El estado afecta a todos los tipos de pruebas, desde las pruebas a nivel de sistema (donde el desarrollador padece los mismos problemas que el desafortunado usuario que se mencionó) pasando por las de nivel de componente y hasta las de unidad. El principal problema es que una prueba (de cualquier tipo) en un sistema o componente que está en un estado concreto aporta cero información acerca del comportamiento del sistema o componente en cualquier otro estado.

La estrategia más común para probar un sistema con estado (a nivel de componente o de sistema) pasa por establecer un estado "limpio" o "inicial" (no obstante mayormente oculto), realizar las pruebas utilizando unas entradas y asumir (de forma infundada en caso de error) que el sistema se va a comportar siempre de la misma forma, independientemente de su estado interno oculto, cada vez que se prueben esas entradas.

Simple y llanamente, esta estrategia barre bajo la alfombra el problema del estado. Los motivos por los que se hace esto son, en primer lugar, que es posible hacer progresos con esta estrategia y, en segundo lugar, porque no hay otra alternativa cuando se trata de probar un sistema con un estado interno oculto y complicado.

Por supuesto, no siempre es posible "hacer progresos" con esta estrategia. Si alguna secuencia de eventos (entradas) puede hacer que el sistema "alcance un estado malo" (específicamente un estado oculto diferente del que se utilizó durante las pruebas) la situación puede salir mal y saldrá mal. Esto es lo que le sucede al usuario del hipotético servicio de soporte citado al principio de esta sección. Las soluciones propuestas son todas intentos de forzar que el sistema vuelva a un "estado interno bueno".

Este problema (que las pruebas en un estado no te dicen nada en absoluto acerca del sistema en un estado diferente) es completamente análogo a uno de los problemas discutidos antes: probar con un conjunto de entradas no te dice nada en absoluto sobre el comportamiento con otro conjunto de entradas. Sin embargo, el problema que causa el estado suele ser peor, especialmente cuando se prueban porciones grandes de un sistema, porque aunque el espacio de entradas pueda ser muy grande, el espacio de estados tiende a ser incluso mayor.

Estos dos problemas similares, uno intrínseco al hecho de probar y el otro fruto del estado, se combinan horriblemente. Cada uno de ellos introduce una ingente cantidad de incertidumbre y por lo tanto son muy pocas las cosas que podemos dar por seguras si el sistema/componente bajo escrutinio tiene estado.

4.1.2 Impacto del estado en el razonamiento informal

Además de causar problemas a la hora de comprender un sistema desde fuera, el estado le hace la vida más difícil al desarrollador que tiene que, "desde dentro", intentar razonar (normalmente de forma informal) sobre el comportamiento esperado del sistema.

Los procesos mentales utilizados para este razonamiento informal suelen girar alrededor de una simulación mental por cada caso: "si esta variable está en este estado, tendremos este resultado que es correcto y en otro caso, tendremos este otro resultado que también lo es". Según aumenta el número de estados y por tanto de escenarios a considerar, la efectividad de este ejercicio mental se reduce tan rápido como la de las pruebas (con la ventaja de que se pueden abstraer conjuntos de valores similares que se tratan de forma idéntica).

Uno de los problemas que afecta tanto a las pruebas como al razonamiento es la tasa exponencial de crecimiento del número de estados posibles. Cada nuevo bit de estado añadido dobla el número de estados posibles. Otro problema que afecta especialmente al razonamiento informal es la contaminación.

Tomemos como ejemplo un sistema formado por procedimientos en los que algunos mantienen estado y otros no. Ya hemos tratado la dificultad de comprender las partes de un sistema que tienen estado y podríamos esperar que las demás fuesen más fáciles de comprender. Tristemente, no es cierto. Si un procedimiento que no mantiene estado utiliza a cualquier otro que si lo mantenga, aunque sea indirectamente, lo más probable es que el primero quede contaminado y sólo pueda ser entendido en el contexto de ese estado. Si intentamos ignorar ese estado corremos el riesgo de padecer todos los problemas detallados anteriormente. El problema con el estado es que "cuando dejas que la nariz del camello se asome a la tienda de campaña, el resto del camello suele llegar detrás".

Todos estos motivos fundamentan nuestra creencia de que la mayor causa individual de la complejidad en los grandes sistemas modernos es el estado y que cuanto más hagamos para limitarlo y gestionarlo mejor.

4.2 Complejidad causada por el flujo de control

De forma cruda, el flujo de control o simplemente control se trata del orden en el que se suceden los acontecimientos.

El problema con este control es que, con frecuencia, nos gustaría despreocuparnos del mismo. Obviamente, dado que queremos construir un sistema real en el que efectivamente pasen cosas, en algún momento el orden será relevante para alguien, pero corremos un riesgo significativo de ocuparnos de este tema innecesariamente.

La mayoría de lenguajes de programación tradicionales fuerzan a preocuparse por el orden y en la mayoría de los casos el orden en el que las cosas suceden es el mismo en el que se hayan escrito las sentencias en el texto del programa. Este orden se ve modificado por instrucciones de explícitas de control (que pueden ser condicionales) y por la existencia de subrutinas que se invocan formando una pila implícita.

Es obvio que múltiples órdenes de evaluación son posibles pero sin embargo existe muy poca variedad al respecto entre los lenguajes más extendidos.

Cuando el control es un aspecto implícito del lenguaje (como casi siempre es) surge la dificultad de que cada parte del programa debe ser comprendido dentro de ese contexto, incluso cuando el programador nunca quiso especificar un orden. Cuando un programador es obligado (al usar un lenguaje con flujo de control implícito) a especificar el control, se le obliga a especificar cómo debe funcionar el sistema en lugar de simplemente qué se desea que haga. El resultado es la obligación de sobre especificar el problema. Consideremos el siguiente pseudo-código:

a := b + 3
c := d + 2
e := f * 4

En este caso es claro que el programador es indiferente con respecto al orden (i.e. cómo) en el que se ejecuten. Lo único que le interesa es la relación entre ciertos valores pero además de esto ha sido obligado a especificar un flujo de control arbitrario. Con frecuencia, en casos como éste, el compilador llega al extremo de tener que analizar si este orden (que sólo ha sido especificado por la semántica del lenguaje) puede ser ignorado con seguridad.

En casos simples como el anterior se le da poca importancia a este problema pero es importante darse cuenta de los dos innecesarios procesos que se dan: primero se obliga a determinar un orden artificial y luego se hace trabajo adicional para eliminarlo.

Este asunto, aparentemente inocuo, puede complicar el proceso de razonamiento informal de forma realmente significativa. Esto es porque la persona que lee el código anterior debe reproducir el trabajo que haría el hipotético compilado. Debe empezar (debido a la semántica del lenguaje) asumiendo que el orden es significativo para luego analizar si realmente lo era (en casos menos triviales que el anterior esto puede ser muy difícil). Esto es problemático porque los errores de juicio haciendo este análisis pueden llevar a introducir errores muy sutiles y difíciles de encontrar.

Es importante recalcar que el problema no está en el propio texto del programa anterior, que debe ser escrito en algún orden. El problema es causado por la semántica del hipotético lenguaje imperativo que hemos tomado como ejemplo. Es posible imaginar este mismo fragmento de código como válido en un lenguaje de programación cuya semántica no defina el orden en tiempo de ejecución mediante el orden en el texto del programa2.

Tras considerar el impacto del control en el razonamiento informal ahora trataremos otro problema asociado al control, la concurrencia, que afecta también al proceso de pruebas.

Al igual que las estructuras de control básicas como los condicionales y a diferencia de orden implícito dado a las sentencias, la concurrencia es típicamente especificada de forma explícita en la mayoría de lenguajes. El modelo más común es el de "concurrencia con estado compartido" en el que se debe especificar explícitamente aspectos de sincronización. El impacto que esto tiene en la capacidad de razonar informalmente es bien conocido. Según aumenta el número de escenarios que deben ser considerados mentalmente al leer el programa va aumentando la dificultad para razonar. Cómo se mencionó anteriormente, este problema es similar al que provoca el propio estado aumentando el número de escenarios a considerar.

La concurrencia también tiene impacto en las pruebas ya que se pierde la capacidad de obtener el mismo resultado al repetir las pruebas aunque se garantice un estado inicial consistente. Ejecutar una prueba bajo condiciones de concurrencia no aporta información sobre qué pasará en la siguiente ejecución de la misma prueba, las mismas entradas y el mismo estado inicial... No se puede llegar a una situación peor.

4.3 Complejidad causada por el volumen de código

La última causa de la complejidad que vamos a examinar en detalle es el propio volumen de código.

En muchos sentidos es un efecto secundario ya que mucho código está dedicado a gestionar estado o a especificar el flujo de control. Por este motivo omitimos con frecuencia el volumen de código en el resto del análisis. Sin embargo hay dos buenos motivos para considerarlo de forma independiente: primero porque es la forma de complejidad más fácil de medir y segundo porque interactúa negativamente con las otras causas de la complejidad.

Brooks advirtió en [Bro86]:

"Muchos de los problemas clásicos para desarrollar productos software derivan de esta complejidad esencial y su crecimiento no linear con respecto a su tamaño"

A grandes trazos, estamos de acuerdo en que en la mayoría de sistemas actuales esto es cierto (discrepamos en el uso de la palabra "esencial" como ya se dijo). Es decir, en la mayoría de los sistemas la complejidad muestra un incremento no linear con respecto a su tamaño (en volumen de código). A su vez, esta falta de linealidad significa que es vital reducir la cantidad de código a su mínima expresión.

También queremos recalcar la siguiente idea de Dijkstra [Dij72, EWD340] al respecto de este tema:

"Se ha sugerido que hay una especie de ley de la naturaleza por la que la cantidad de trabajo intelectual necesario es proporcional al cuadrado de la longitud del programa. Pero, afortunadamente, nadie ha sido capaz de probar esta ley. Y esto es porque no tiene por qué ser cierta. ... Tiendo a asumir, y de momento no he sido corregido por la experiencia, que aplicando adecuadamente nuestra capacidad de abstracción, el trabajo intelectual para concebir o para comprender un programa no tiene por qué crecer más que proporcionalmente a la longitud del código."

Estamos completamente de acuerdo con esto y es la razón de nuestra matización anterior ("en la mayoría de sistemas actuales"). Creemos que mediante la gestión efectiva de las dos principales causas de la complejidad, estado y control, es mucho menos claro que la complejidad tenga que crecer de forma no lineal con respecto al volumen de código.

4.4 Otras causas de la complejidad

Para concluir, existen otras causas para la complejidad como por ejemplo: código duplicado, código que nunca llega a ejercitarse ("código muerto"), abstracción innecesaria3, oportunidades para abstraer no aprovechadas, modularización deficiente, documentación de baja calidad...

Todas estas otras causas son el resultado de estos tres interrelacionados principios:

  • La complejidad crea más complejidad. Hay un variado conjunto de causas secundarias de complejidad. Esto incluye toda la complejidad que se introduce como resultado de no ser capaz de comprender con claridad el sistema. La duplicación es un ejemplo prototípico de esto: si debido al estado, control o volumen del código no está claro si una funcionalidad existente hace exactamente lo que se requiere para otros casos habrá una fuerte tendencia a duplicarla. Esto es aún más cierto cuando hay presiones temporales.

  • La simplicidad es difícil. Como se indicó anteriormente, es necesario un esfuerzo significativo para alcanzar la simplicidad. La primera solución que se prueba no suele ser la más simple, especialmente si hay complejidades preexistentes o presiones temporales. La simplicidad sólo se puede conseguir si se admite este hecho y por ésta es buscada y apreciada.

  • El poder corrompe. A lo que nos referimos es que, si no hay garantías a nivel del lenguaje de programación (i.e. restricciones a las capacidades o poderes que el lenguaje ofrece) se producirán errores (y abusos). Por este motivo los recolectores de basura son buenos ya que el poder de gestionar manualmente la memoria es eliminado. El mismo principio es relevante para el estado, otro tipo de poder o capacidad. A este respecto tenemos que ser muy cuidadosos con cualquier lenguaje que permita tener estado, independientemente de cuánto desincentive su uso (ML y Scheme son ejemplos obvios). La conclusión es que cuanto más poderoso es un lenguaje (i.e. cuantas más cosas es posible expresar con el mismo), más difícil es comprender los sistemas construidos con ese lenguaje.

Algunas de estas causas son de naturaleza humana, otras son ambientales pero todas pueden, en nuestra opinión, ser aliviadas en gran medida si se hace énfasis en la gestión efectiva de las causas de la complejidad tratadas en las secciones 4.1 a 4.3.

5. Aproximaciones clásicas a la gestión de la complejidad

Una buena forma de comprender las diferentes aproximaciones clásicas a la gestión de la complejidad es examinar la propuesta de los lenguajes de programación pertenecientes a los tres principales estilos (imperativo, funcional y lógico). Tomaremos la aproximación orientada a objetos como un ejemplo representativo del estilo imperativo.

5.1 Orientación a objetos

La orientación a objetos es esencialmente una aproximación imperativa a pesar de ser un término muy amplio que cubre lenguajes basados en clases al estilo de Java hasta lenguajes basados en prototipos al estilo de Self y desde lenguajes con single-dispatch hasta lenguajes con multiple dispatch como CLOS y desde los tradicionales objetos pasivos hasta los objetos activo o actores. Ésta ha evolucionado hasta llegar a ser la forma predominante en la que se desarrolla el software en computadores tradicionales (de arquitectura von-Neumann) y muchas de sus características surgen de facilitar el estilo von-Neumann, es decir, computaciones basadas en estado.

5.1.1 Estado

En la mayoría de sus formas, en la programación orientada a objetos (POO), un objeto consiste en algo de estado y una serie de procedimientos para acceder y manipular ese estado.

Esto es esencialmente equivalente a la (anterior) idea de tipo abstracto de datos (TAD) y es uno de los puntos fuertes de la POO cuando se compara con otras aproximaciones imperativas menos estructuradas. En el contexto de la POO esto es conocido como encapsulación y permite al programador garantizar restricciones de integridad sobre el estado de un objeto al regular el acceso al estado mediante procedimientos de acceso ("métodos").

Un problema con este esquema es que, si varios procedimientos acceden o manipulan la misma porción de estado, habrá varios puntos donde la integridad debe ser garantizada. Estos procedimientos pueden estar o no en el mismo fichero dependiendo del lenguaje y de qué características, como la herencia, se están usando. Otro gran problema4 es que las garantías basadas en restricciones garantizadas mediante encapsulación están muy sesgadas hacia restricciones a nivel de un único objeto y es difícil garantizar restricciones más complicadas que involucren a varios objetos (para empezar no está claro dónde deben residir estas restricciones).

Identidad y estado

Otro aspecto intrínseco a la POO que está íntimamente relacionado con el estado es el concepto de identidad del objeto.

En la POO, cada objeto es una entidad únicamente identificable sin importar el valor de sus atributos. Esto se denomina como identidad intensiva5 (en contraste con la identidad extensiva en la que la igualdad se basa en si los atributos coinciden). Citando a Baker [Bak93]:

En cierto sentido, dar identidad a los objetos puede considerarse como rechazar el punto de vista del "álgebra relacional" en el que dos objetos sólo pueden ser distinguidos si sus atributos difieren.

Dar esta identidad a los objetos tiene sentido cuando son utilizados para crear una abstracción con estado (mutable). Esto es así porque dos objetos distintos pueden ser modificados para contener diferente estado incluso si sus atributos (el estado que contienen) eran inicialmente idénticos.

Sin embargo, cuando no se necesita mutabilidad (como por ejemplo al representar un simple valor numérico), la aproximación orientada a objetos se ve forzada a adoptar técnicas como la creación de "objetos valor" dónde se intenta subvertir la identidad del objeto y re-introducir la identidad extensiva. En estos casos es común recurrir a procedimientos de acceso (métodos) para determinar si dos objetos son equivalentes de una forma alternativa y específica del dominio. Un riesgo, a parte del volumen adicional de código para soportar esto, es la falta de garantías de que la equivalencia específica del dominio sea conforme al concepto estándar de relación de equivalencia (por ejemplo no tiene por qué garantizarse la transitividad).

El concepto de identidad del objeto es intrínseco al uso de estado y es, por formar parte del propio paradigma, inevitable. Este concepto adicional de identidad añade complejidad a la tarea de razonar sobre los sistemas desarrollados en el estilo orientado a objetos (es necesario alternar mentalmente entre ambos conceptos de equivalencia y confundirlos puede producir graves errores).

Estado en la programación orientada a objetos

La conclusión es que todas las formas de programación orientada a objetos se basan en el estado (contenido en los propios objetos) y en general, todo el comportamiento es influenciado por este estado. A consecuencia de esto, la programación orientada a objetos padece de forma directa los problemas asociados con el estado que se describieron anteriormente y, por tanto, creemos que no proporciona los fundamentos necesarios para evitar la complejidad.

5.1.2 Control

La mayoría de los lenguajes orientados a objetos proveen un flujo de control secuencial estándar y muchos de ellos, también ofrecen mecanismos para la clásica "concurrencia de estado compartido" junto con todos los problemas de complejidad asociados. Los lenguajes con modelo de actores se diferencian de los anteriores en que ofrecen un modelo de concurrencia basado en "paso de mensajes" (se asocian hilos de control con objetos individuales y los mensajes circulan entre ellos). Este modelo puede llevar a un razonamiento informal más accesible en algunos casos pero los lenguajes con modelo de actores no se han llegado a popularizar.

5.1.3 POO: resumen

Los programas imperativos y orientados a objetos sufren enormemente de la complejidad derivada tanto del estado como del flujo de control.

5.2 Programación funcional

Mientras que la programación orientada a objetos fue motivada para tratar mejor con la clásica arquitectura de von-Neumann basada en el estado, la programación funcional tiene sus raíces en el cálculo lambda de Church (si descartamos aproximaciones aún más simples basadas en lógica combinatoria), que es completamente ajeno al estado. El lambda cálculo no tipado es equivalente en potencia a la abstracción computacional basada en estado por antonomasia: la máquina de Turing.

5.2.1 Estado

Los lenguajes de programación funcionales modernos son habitualmente clasificados como "puros", aquellos que como Haskell [PJ+03] evitan el estado y los efectos laterales completamente, e "impuros", aquellos que como ML empujan a evitar el estado y los efectos laterales pero los permiten. Cuando no se mencione explícitamente nos referiremos a la programación funcional en su forma pura.

La principal fortaleza de la programación funcional es que al evitar el estado (y los efectos laterales) el sistema resultante adquiere transparencia referencial. Esto implica que a partir de unos argumentos dados, una función siempre producirá el mismo resultado (o más informalmente, siempre tendrá el mismo comportamiento). Todo aquello que pueda influir en el resultado siempre estará presente en los parámetros de entrada.

Esta férrea garantía evita uno de los problemas asociados a las pruebas ya discutidos. Consecuentemente, incluso a pesar de que el otro problema persiste (probar con unas entradas no dice nada sobre el comportamiento con otras), el proceso de pruebas es mucho más efectivo en un sistema desarrollado en un estilo funcional.

Al evitar el estado, la programación funcional, también evita todos los otros problemas asociados a la gestión del estado ya presentados por lo que, entre otras cosas, el razonamiento informal se vuelve mucho más efectivo.

5.2.2 Control

La mayoría de lenguajes funcionales tienen un orden secuencial implícito (de izquierda a derecha al evaluar los argumentos de las funciones) y por tanto padecen muchos de los problemas ya mencionados. Sin embargo, los lenguajes funcionales si que disfrutan de una ligera ventaja en lo relativo al control ya que incentivan el uso de estructuras de control más abstractas de orden superior (como fold / map) en lugar de iteración explícita.

También existen versiones concurrentes de muchos lenguajes funcionales y el hecho de que, en general, evitan el estado puede dar réditos en este área. Por ejemplo, en un lenguaje funcional puro es siempre seguro evaluar todos los argumentos de una función en paralelo.

5.2.3 Tipos de estado

En la mayoría de este artículo cuando mencionamos "estado" a lo que realmente nos referimos es a "estado mutable".

En los lenguajes que no soportan (o desincentivan) el estado mutable es común conseguir efectos similares pasando parámetros adicionales a los procedimientos (funciones). Consideremos un procedimiento que realiza algún tipo de cálculo con estado que devuelve un resultado. Quizás el procedimiento implementa un contador y devuelve un valor incrementado con cada llamada:

procedure int getNextCounter()
  // 'counter' is declared and initialized elsewhere in the code
  counter := counter + 1
  return counter

La forma en la que esto se suele implementar en un lenguaje funcional básico consiste en reemplazar el procedimiento sin parámetros basado en estado con una función que recibe un argumento y devuelve un par de valores como resultado.

function (int,int) getNextCounter(int oldCounter)
  let int result = oldCounter + 1
  let int newCounter = oldCounter + 1
  return (newCounter, result)

Esto impone a quién invoque la función la obligación de asegurarse de que la siguiente vez que se llame a getNextCounter se le proporcione el newCounter devuelto en la anterior invocación. En efecto, lo que está pasando es que el estado que se ocultaba dentro del procedimiento getNextCounter ha sido reemplazado por un nuevo parámetro tanto en la entrada como en la salida de la función getNextCounter. Este parámetro adicional no es mutable en forma alguna (la entidad que es referida como oldCounter es un valor diferente cada vez que se invoca la función).

Como hemos discutido, la versión funcional de este programa tiene transparencia referencial al contrario que la versión imperativa. Por lo tanto el llamante del procedimiento getNextCounter desconoce que puede influir en el resultado que recibe (en principio, podría depender de un gran número de variables mutables ocultas) mientras que el llamante de la función getNextCounter puede ver inmediatamente que el resultado depende sólo de los valores proporcionados a la función.

A pesar de esto, es un hecho que estamos usando valores funcionales para simular estado. No hay nada que, en principio, impida a los programas funcionales pasar y devolver un único parámetro adicional en cada una de las funciones del sistema. Si este parámetro fuese una colección (valor compuesto) podría usarse para simular un gran conjunto de variables mutables. Como resultado, este método recrea un conjunto de variables globales y, por lo tanto, aunque se mantiene la transparencia referencial se pierde la facilidad de razonamiento (seguimos sabiendo que cada función depende sólo de sus argumentos pero uno de ellos es muy grande y contiene valores irrelevantes por lo que este conocimiento como ayuda para la compresión es poco valioso). Este es, sin embargo, un ejemplo extremo y no menoscaba la potencia que en general tiene la aproximación funcional.

Merece la pena mencionar brevemente que, aunque no se disfrute de la garantía de la transparencia referencial, no hay ninguna razón por la que el estilo de programación funcional no se pueda adoptar en los lenguajes con estado (i.e. imperativos y funcionales impuros). De forma más general podíamos argumentar que, sin importar el lenguaje utilizado, es beneficioso evitar el estado mutable, implícito y oculto.

5.2.4 Estado y modularidad

A veces se argumenta (e.g. [vRH4, p315]) que el estado es importante porque permite un cierto tipo de modularidad, lo que es cierto. Dentro de un marco de trabajo con estado es posible añadir estado adicional a cualquier componente sin modificar los componentes que lo invocan. Desde el marco de trabajo funcional el mismo efector sólo puede conseguirse modificando cada componente que lo invoque de forma que se haga llegar la nueva información adicional (como en el caso de la función getNextCounter vista anteriormente).

Hay un compromiso fundamental entre ambas aproximaciones. En la aproximación funcional (cuando se intenta tener resultados parecidos a la basada en estado) eres forzado a cambiar cada parte del programa que podría ser afectada (añadiendo el nuevo parámetro relevante) mientras que en la basada en estado no es necesario.

Sin embargo, esto significa que en un programa funcional siempre puedes determinar que controla el resultado de un procedimiento (i.e. función) simplemente mirando a los argumentos proporcionados en su invocación. En un programa basado en estado, esta propiedad (de nuevo, a consecuencia de la transparencia referencial) es completamente destruida, nunca puedes saber qué controlará el resultado, y potencialmente tendrás que inspeccionar cada fragmento de código de todo el sistema para determinarlo.

El compromiso se da entre la complejidad (con la habilidad de tomar un atajo con determinados tipos de cambio) y la simplicidad (con enormes mejoras en términos de pruebas y comprensión). Al igual que con la disciplina del tipado (estático), se intercambia una única inversión por adelantado a cambio de futuras ganancias continuadas y seguridad ("por adelantado" ya que cada fragmento de código es escrito una vez y leído, razonado y probado continuamente).

Un problema adicional con el argumento de la modularidad es que algunos ejemplos, como el del uso de la cuenta de invocaciones a un procedimiento (función) para depuración/mejora de rendimiento, parecen más apropiados para la infraestructura/lenguaje en lugar de para el sistema en sí mismo (preferimos recomendar una separación clara entre las tareas administrativas/de diagnóstico y el núcleo del sistema).

Aún así es un hecho que estos argumentos han sido insuficientes para una adopción extendida de la programación funcional. Por tanto, debemos concluir que el principal punto débil de la programación funcional es el reverso de su principal fortaleza: los problemas que se dan cuando el sistema debe mantener estado de algún tipo (lo que es muy común).

Es inevitable preguntarse si hay alguna forma de "estar en misa y repicando". Una posibilidad es el elegante sistema de mónadas utilizado por Haskell [Wad95]. Este sistema permite evitar el problema anterior pero se puede abusar del mismo para crear un sub-lenguaje con estado y efectos laterales (y, por tanto, re-introducir todos los problemas que se buscaba evitar) en Haskell, aunque al menos deja su marca en los tipos de las funciones. De nuevo, a pesar de sus puntos fuertes, las mónadas han sido insuficientes para permitir una adopción mayoritaria de las técnicas funcionales.

5.2.5 Programación funcional: resumen

La programación funcional evita en gran medida los problemas de la complejidad derivada del estado. Esto aporta beneficios significativos para el proceso de pruebas (se evita lo que normalmente es el mayor problema) y para razonamiento.

5.3 Programación lógica

La programación lógica junto con la funcional son consideradas de estilo declarativo porque el énfasis está en la especificación de qué debe hacerse en lugar de exactamente cómo hacerlo. Al igual que en el caso de la programación funcional (y en contraste con la POO), los principios y la visión de la programación lógica no se derivan de la arquitectura basada en estado de von-Neumann.

La programación lógica pura consiste en limitarse a hacer afirmaciones acerca del problema (y de las soluciones deseadas). Esto se lleva a cabo declarando un conjunto de axiomas que describen el problema y los atributos que debe poseer algo para ser considerado una solución. Idealmente, debe haber una infraestructura que a partir de nada más que los axiomas pueda encontrar o comprobar las soluciones. Todas las soluciones se desgranan de la lógica formal como consecuencia de los axiomas y "ejecutar" el sistema es equivalente a construir una demostración formal de cada solución.

El "lenguaje lógico" fundacional fue Prolog. En Prolog se puede distinguir entre un núcleo puramente lógico (Prolog puro) y varias extensiones extra-lógicas6. El Prolog puro es cercano a los ideales de la programación lógica aunque hay importantes diferencias. Cada programa en Prolog puro se puede "leer" de dos formas, bien como un conjunto puro de axiomas, es decir, afirmaciones acerca del dominio del problema; u operacionalmente, como una secuencia de órdenes que se aplican (en un orden particular) para determinar si un objetivo es deducible a partir de los axiomas. Esta segunda lectura se corresponde con la forma en la que Prolog hace uso de los axiomas para probar sus objetivos. Es destacable que un mismo programa puede ser al mismo tiempo correcto al leerse de la primera forma e incorrecto (por ejemplo por no llegar a terminar jamás) de la segunda.

Por este motivo Prolog no llega a realizar los ideales de la programación lógica. Específicamente porque es necesario preocuparse de la interpretación operativa del programa mientras se escriben sus axiomas.

5.3.1 Estado

La programación lógica pura no hace uso de estado mutable alguno y por esa razón se beneficia de las mismas ventajas que la programación funcional tiene para su comprensión. Sin embargo, muchos lenguajes basados en este paradigma si ofrecen mecanismos basados en estado. Por ejemplo, en la parte extra-lógica de Prolog hay mecanismos para que el programa se modifique a si mismo añadiendo nuevos axiomas. Otros lenguajes como Oz (que tiene sus raíces en la programación lógica pero que ha sido extendido para ser "multi-paradigma") proporcionan estado mutable de la forma tradicional, de forma similar a como se proporciona en por los lenguajes funcionales impuros.

Todas estas aproximaciones al estado sacrifican la transparencia referencial y, por tanto, sufren de las mismas desventajas que los lenguajes imperativos tienen a este respecto. La principal ventaja que todos estos lenguajes impuros no derivados del modelo von Neumann tienen es que, aunque el estado se permite, su uso es desincentivado (lo que contrasta fuertemente con el estilo von Neumann fundamentado en el estado). Aún así, sin pureza no hay garantías de que los típicos problemas asociados al estado puedan darse.

5.3.2 Control

En el caso del Prolog puro, el lenguaje especifica tanto un orden implícito para procesar los sub-objetivos (de izquierda a derecha) como un orden implícito para las clausulas (de arriba a abajo) que se corresponde básicamente con una interpretación operacional en la que se procesa el programa en el mismo orden en el que se lee el texto (con una estrategia primero en profundidad). Esto significa que ciertas formas de escribir el programa producen ejecuciones que nunca terminan y esto, cuando se combina con el hecho de que algunas características extra-lógicas permiten efectos laterales, conduce inevitablemente a la dificultad habitual que el flujo de control impone a la comprensión. Nótese que estas dificultades para razonar no se darían en un entorno ideal de programación lógica dónde, simplemente, no se especifica el control (en contraposición al Prolog puro, en el que si se especifica).

Respecto a las características extra-lógicas de Prolog, algunas de ellas ahondan esta discrepancia entre el lenguaje y la programación lógica en su forma ideal. Un ejemplo de esto son los "cortes" que ofrecen un mecanismo explícita para restringir el flujo de control. Estas restricciones explícitas se entrelazan con el componente de lógica pura del sistema e, inevitable perjudican a los intentos de razonar sobre el programa (de hecho la mala interpretación de los efectos de los cortes es una de las principales fuentes de errores en Prolog [SS94, p190]).

Es importante mencionar que algunos de los lenguajes de la familia lógica ofrecen más flexibilidad sobre el control que el orden implícito de búsqueda en profundidad usado por Prolog. Un ejemplo sería Oz, que ofrece la habilidad de programar estrategias específicas que pueden ser aplicadas a diferentes problemas a voluntad. Esto es muy útil porque permite una importante flexibilidad explícita en el control que puede ser especificada de forma separada del programa principal (i.e. sin contaminarlo con la complejidad añadida del propio control).

5.3.3 Programación lógica: resumen

Uno de los aspectos más interesantes acerca de la programación lógica es que, a pesar de las limitaciones de algunos de los lenguajes basados en ella, ofrece la tentadora promesa de poder escapar de la complejidad causada por el control.

6. Accidentes y esencia

Brooks considera como dificultades "esenciales" las inherentes a la naturaleza del software y el resto las clasifica como "accidentales".

Normalmente usaremos los términos con el mismo signicado, pero preferimos comenzar considerando a la complejidad del problema en sí misma incluso antes de siquiera mencionar al software. Es por ello que definimos los siguientes dos tipos de complejidad:

  • Complejidad esencial es inherente y la esencial del problema (como se percibe por los usuarios).

  • Complejidad accidental es todo lo demás, la complejidad con la que el equipo de desarrollo no tendría que luchar en un mundo ideal (e.g. complejidad derivada de los problemas de rendimiento, lenguajes suboptimos e infrastructura).

Nótese que la definición de esencial es deliberadamente más estricta que en su uso común. Especialemente cuando usamos el término esencial, estrictamente queremos decir esencial a los problemas de los usuarios (en lugar de, quizás, esencial para algo específico, implementado, del sistema, o incluso, esencial para el software en general). Por ejemplo, de acuerdo a la terminología que usaremos en este artículo, bits, bytes, transistores, electricidad y ordenadores en sí mismos no son en ningún sentido esenciales (porque no tienen nada que ver con los problemas de los usuarios).

Igualmente, el término "accidente" es comúnmente más usado con la connotación de "percance". Aquí (al igual que Brooks) lo usamos en el sentido más general de "algo no esencial que está presente".

Con el fin de justificar estas dos definiciones comenzamos considerando el papel del equipo de desarrollo de software, concretamente para producir (utilizando un lenguaje e infrastructura determinados) y mantener un sistema de software que cumple los propositos de sus usuarios. La complejidad en la cual estamos interesados es la de este propósito y esto es lo que tratamos de clasificar como accidental o esencial. Hasta ahora vemos la complejidad esencial como "la complejidad, a la que el equipo tendrá que prestarle atención, incluso en un mundo ideal".

Mencionar que el "tener que" partir de esta observación es fundamental, si hay cualquier otra forma posible de que el equipo pudiera producir un sistema que los usuarios consideraran correcto sin tener en consideración un tipo de complejidad dada, entonces esa complejidad no sería esencial.

Dado que en el mundo real no todas las aproximaciones son prácticas, se deduce que cualquier desarrollo necesitará lidiar con algo de complejidad accidental. La definición no pretende negar esto, simplemente identificar su naturaleza secundaria.

En última instancia (como veremos más adelante en la sección 7) nuestra definición es equivalente a decir que lo que es esencial para el equipo es lo que a los usuarios les preocupa. Esto es porque en un mundo ideal estaríamos usando un lenguaje o infrastructura la cual nos dejaría expresar directamente los problemas de los usuarios sin tener que expresar nada más, y así es como llegamos a las definiciones dadas anteriormente.

El argumento podría ser presentado como que, en un mundo ideal podríamos encontrar una infrastructura que ya resuelva el problema de los usuarios por completo. Si bien, es posible imaginar que alguien ya ha hecho el trabajo, no es particularmente esclarecedor, puede ser mejor considerar una restricción implícita de que el hipotético lenguaje e infrastructura sean de uso general y neutral al dominio.

Una consecuencia de esta definición es que si el usuario ni siquiera sabe qué es algo (e.g. un grupo de hilos o un contador de un bucle, por seleccionar dos ejemplos arbitrarios) no es posible que sea esencial dada nuestra definición (estamos suponiendo, por supuesto, por desgracia la posibilidad con algo de optimismo, que los usuarios, de hecho, conocen y comprenden el problema que quieren resolver).

Brooks afirma [Bro86] (y otros como Booch corroboran [Boo91]) que "la complejidad del software es una propiedad esencial, no accidental". Esto sugiere que la mayoría (al menos) de la complejidad que encontramos en los grandes sistemas contemporáneos es de tipo esencial.

Disentimos. La complejidad no es un propiedad inherente al software (o esencial) por sí misma (es perfectamente posible escribir software simple y sin embargo que siga siendo software), es más, mucha de la complejidad que vemos en el software existente no es esencial (para el problema). Cuando se trata de complejidad accidental y esencial creemos firmemente que la primera existe y que el objetivo de la ingeniería del software tiene que ser eliminar tanta como sea posible, y a la vez, ayudar con la segunda.

Debido a esto, es vital que examinemos cuidadosamente la complejidad accidental. Ahora intentaremos clasificar la complejidad en accidental o esencial para ciertos casos.

7. Recomendaciones generales

Dado que nuestras recomendaciones principales giran alrededor de intentar evitar tanta complejidad accidental como sea posible, necesitamos preguntarnos qué complejidad deben ser considerada accidental y cuál esencial.

Debemos responder esta pregunta considerando qué complejidad es inevitable incluso en un mundo ideal (esto es básicamente nuestra definición de esencial). A continuación veremos cómo de realista es este mundo ideal y finalmente daremos algunas recomendaciones.

7.1 Mundo ideal

En un mundo ideal no tendríamos que preocuparnos por el rendimiento y tanto el lenguaje como la infrastructura nos proveerían soporte para cualquier necesidad de propósito general que podamos desear. Analizaremos estado y control en este contexto. Específicamente, identificaremos como accidental aquel estado y control que podamos omitir en este mundo ideal.

Incluso en un mundo ideal es necesario un punto de partida y parece razonable asumir que se parta de un conjunto de requisitos informales por parte de los futuros usuarios.

Nuestra siguiente observación es que, dado que finalmente algo tiene que suceder, como por ejemplo que el sistema se procese de forma mecánica por un ordenador, necesitaremos definiciones formales. Vamos a tener que derivar requisitos formales a partir de los informales.

Tomando ambas ideas, en un mundo ideal tenemos:

Requisitos informales -> Requisitos formales

Dado que buscamos la máxima simplicidad, es crucial que la formalización no introduzca ningún aspecto accidental. Especificamente, esto implica que la formalización no contemple ningún aspecto relacionado con la ejecución. La única preocupación que tendremos al producir los requisitos formales es asegurarse de que no hay ninguna ambigüedad relevante7 en los requisitos (i.e. no hay omisiones).

¿Cuál debe ser el sigiente paso tras formalizar los requisitos? Dado que estamos considerando un mundo ideal no es descabellado asumir que el siguiente paso es simplemente ejecutar los requisitos formales directamente en nuestra infrastructura de propósito general8.

Este escenario es sinónimo de simplicidad absoluta ya que no parece concebible forma alguna de mejora incluso en un mundo ideal.

Es notable que lo que acabamos de describir es la essencia de la programación declarativa en la que se especifica qué se requiere y no cómo obtenerlo.

A continuación consideraremos los efectos de esta aproximación "ideal" en las causas de la complejidad introducidas anteriormente.

7.1.1 Estado en el mundo ideal

7.1.2 Control en el mundo ideal

7.1.3 Resumen

7.2 Limitaciones teóricas y prácticas

7.2.1 Lenguajes de especificación formal

7.2.2 Facilidad de expresión

7.2.3 Complejidad accidental requerida

7.3 Recomendaciones

7.3.1 Complejidad accidental requerida

7.3.2 Separación y relaciones entre los componentes

7.4 Resumen

8. Modelo relacional

A pesar de sus orígenes, el modelo relacional [Cod70] en si mismo no tiene nada que ver con bases de datos. No es más que una forma elegante de estructurar datos, una forma de manipular los mismos y un mecanismo para mantener estado íntegro y consistente. Estas características son aplicables a estado y datos en cualquier contexto.

A parte de estas tres áreas [Cod79, section 2.1], [Dat04, p109], un cuarto punto fuerte del modelo relacional es el énfasis en tener una marcada separación entre la capa lógica y física del sistema. Esto se traduce en que el diseño del modelo lógico (minimizando la complejidad) es atacado de forma separada del diseño del modelo de almacenamiento físico y de la correspondencia entre ambos9. Este principio se denomina independencia de datos y es una parte crucial del modelo relacional [Cod70, section 1.1].

Vemos el modelo relacional compuesto de los siguientes cuatro aspectos:

  • Estructura. Se utilizan relaciones par representar todos los datos.
  • Manipulación. Un medio para especificar datos derivados.
  • Integridad. Un medio para especificar restricciones de datos de obligado cumplimiento.
  • Independencia de datos. Hay una separación clara entre los datos lógicos y su representación física.

Trataremos brevemente cada uno de estos aspectos. [Dat04] ofrece una visión de conjunto sobre el modelo relacional más exhaustiva.

Como comentario final, recordar al lector que SQL, en cualquier versión, no sigue fielmente el modelo relacional [Cod90, p371, Serious flaws in SQL], [Dat04, p xxiv] por lo que aconsejamos no equiparar ambos.

8.1 Estructura

8.1.1 Relaciones

Como se ha mencionado previamente, las relaciones son la única forma de estructurar datos en el modelo relacional. Una relación se puede ver como un conjunto de registros homogéneo en el que cada registro es conjunto heterogéneo de atributos con nombre (ligeramente distinto del concepto matemático de relación como conjunto de tuplas cuyos componentes se identifican por su posición en lugar de por nombre).

Esta definición implica que una relación, por el hecho de ser un conjunto, no puede contener duplicados y no tiene orden. Ambas restricciones contrastan con el uso cotidiano de la palabra tabla que obviamente puede contener filas duplicadas (y nombres de columna) y, por el hecho de ser una entidad visual en una página, inevitablemente sus filas y columnas aparecen en un orden determinado.

Las relaciones puede ser de estos tipos:

  • Relaciones base. Aquellas directamente almacenadas.
  • Relaciones derivadas (conocidas como vistas). Definidas en términos de otras relaciones (a su vez base o derivadas). Ver sección 8.2.

Como propone Date [Dat04], es útil pensar en cada relación como un único valor (aunque compuesto) y considerar el estado mutable no como una "relación mutable" sino como una variable que en cada momento está asociada a una relación valor concreta que cambia con el tiempo. Date llama a estas variables variables relación o relvars, lo que lleva a los términos relvar base y relvar derivada. Utilizaremos su terminología de aquí en adelante. (Sin embargo, nuestra definición de relación es ligeramente distinta ya que, siguiendo las prácticas estándar en tipado estático, no consideramos el tipo como parte del valor.)

8.1.2 Beneficios estructurales de las relaciones - Independencia de la forma de acceso

Estructurar datos mediante relaciones es una idea atractiva porque no es necesario tomar decisiones subjetivas de antemano acerca de la forma de acceso que será más adelante utilizada para consultar y procesar los datos.

Para comprender que entendemos por forma o camino de acceso, consideremos un ejemplo simple. Supongamos que queremos representar información acerca de empleados y los departamentos en los que éstos trabajan. Un sistema en el que elegir la estructura de los datos implique decidir las "rutas" posibles entre las instancias de los datos (por ejemplo desde un empleado dado hasta un departamento) es dependiente del camino de acceso.

Las dos principales formas de estructurar datos que precedieron al modelo relacional (los modelos jerárquico y en red) eran ambos dependientes del camino en este sentido. Por ejemplo, en el modelo jerárquico se debe tomar de forma temprana una decisión sobre si el departamento es el nivel raíz (cada departamento "contiene" sus empleados) o viceversa (los empleados "contienen" sus departamentos). Esta decisión impactará todos los usos futuros de los datos. En el primer caso, será fácil enumerar todos los empleados de un determinado departamento (siguiendo el camino de acceso) pero será más difícil enumerar el departamento de un empleado dado (habrá que usar alguna otra técnica que implique buscar en todos los departamentos). En el segundo caso tendremos el problema inverso.

El modelo en red alivió el problema en cierto modo al permitir múltiples caminos de acceso entre las instancias de datos (con lo que se podría decidir tener ambos caminos desde departamento a empleado y viceversa). El problema consiste en que es imposible predecir de antemano cuales serán los caminos de acceso y por este motivo siempre habrá una discrepancia entre:

  • Requisitos de recuperación primarios. Éstos pueden ser previstos y satisfechos simplemente siguiendo los caminos de acceso definidos.
  • Requisitos de recuperación secundarios. Éstos puede ser no previstos o simplemente no tener un soporte específico y por lo tanto sólo pueden ser provistos mediante mecanismos alternativos como búsquedas.

Una de las razones principales por las que el modelo relacional prevaleció sobre los modelos jerárquico y en red es la capacidad de evitar completamente el concepto de camino de acceso.

También es interesante considerar brevemente lo que implica aplicar una aproximación orientada a objetos (POO) a nuestro ejemplo. Podemos elegir entre estas opciones:

  • Dar a los objetos Employee una referencia a su Department.
  • Dar a los objetos Department un conjunto (o array) de referencias a sus objetos Employee.
  • Todas las anteriores.

Si elegimos la tercera opción nos exponemos en el mejor caso al trabajo adicional de mantener referencias redundantes y en el peor a introducir errores.

Hay inquietantes similitudes entre las aproximaciones de la POO y el XML a cómo estructurar datos y los modelos jerárquico y en red.

Finalmente, una ventaja de las relaciones como forma de estructurar datos en contraposición a aproximaciones como el modelo entidad-relación de Chen [Che76] es que no se hace distinción alguna entre entidad y relación. Utilizar dicha distinción puede ser problemático porque puede ser muy subjetivo clasificar algo como entidad o como relación.

8.2 Manipulación

Codd introdujo dos mecanismos diferentes para expresar la manipulación de datos en el modelo relacional: el cálculo relacional y el álgebra relacional. Ambos son formalmente equivalentes en el sentido de que expresiones de cada uno pueden convertirse a otras equivalentes del otro y por lo tanto nos bastará con considerar solo el álgebra.

El álgebra relacional (en una forma ligeramente diferente de cómo lo presentó Codd originalmente) consiste en las siguientes ocho operaciones:

  • Restricción (restrict). Operación unaria que permite la selección de un subconjunto de los registros de acuerdo a un criterio dado.
  • Proyección (project). Operación unaria que produce una nueva relación en la que algunos atributos han sido eliminados.
  • Producto (product). Operación binaria que se corresponde con el producto cartesiano tal y como se define en matemáticas.
  • Unión (union). Operación binaria que produce una relación que contiene todos los registros que figuran en uno u otro operando.
  • Intersección (intersection). Operación binaria que produce una relación con todos los registros que figuran en ambos operandos simultáneamente.
  • Diferencia (difference). Operación binaria que produce una relación con los registros del primer operando que no figuran en el segundo.
  • Combinar (join). Operación binaria que produce todos los posibles registros que resultan juntar registros de ambos operandos cuyo valor de ciertos atributos coincide.
  • Dividir (divide). Es una operación ternaria que devuelve todos los registros del primer argumento que aparecen en el segundo asociados con cada uno de los registros del tercero.

Uno de los beneficios más significativos de este lenguaje de manipulación (aparte de su simplicidad) es que tiene la propiedad de clausura: todos los operandos y resultados son de la misma clase (relaciones). Por lo tanto, las operaciones se pueden anidar de forma arbitraria (lo que de hecho es inherente a cualquier álgebra monotipo).

8.3 Integridad

La integridad en el modelo relacional se mantiene simplemente con especificar, de forma puramente declarativa, una serie de restricciones que deben cumplirse en todo momento.

Cualquier infraestructura que implemente el modelo relacional debe garantizar que estas restricciones se cumplen, específicamente en los intentos de modificar el estado que puedan contravenir las restricciones tienen que ser rechazadas o restringidas a operar dentro de los límites.

Las restricciones más comunes son aquellas que definen claves candidatas o primarias y claves extranjeras. Las restricciones pueden llegar a ser arbitrariamente complejas, involucrar múltiples relaciones y ser construidas utilizando tanto el álgebra como el cálculo relacional.

Finalmente, muchos sistemas gestores de bases de datos comerciales proveen mecanismos imperativos como los disparadores (triggers) para mantener la integridad de los datos. Estos mecanismos sufren de los problemas sobre flujo de control comentados en la sección 4.2 y no se consideran parte del modelo relacional.

8.4 Independencia de datos

La independencia de datos es el principio por el que se separa el modelo lógico de los datos de la representación física almacenada, y fue una de las motivaciones que originaron el modelo relacional.

Es interesante darse cuenta de que el principio de independencia de datos es de hecho análogo a la separación entre lo accidental y lo esencial recomendada en la sección 7.3.2. Esto mismo es una de las razones que motivan la adopción de la Programación Relacional Funcional (ver sección 9).

8.5 Extensiones

A pesar de ser flexible, el álgebra relacional es un lenguaje restrictivo en términos computacionales (no es Turing-completo) y de forma habitual es extendido de diversas formas en sus implementaciones prácticas. Algunas extensiones comunes son:

  • Capacidades de computación generales. Como por ejemplo aritmética simple y capacidad de utilizar funciones definidas por el usuario.
  • Operadores de agregación. Como MAX, MIN, COUNT, SUM, etc.
  • Capacidades de agrupado y resumen. Para poder aplicar fácilmente las operaciones de agregación.

9. Programación relacional funcional

10. Ejemplo de un sistema FRP

11. Trabajo relacionado

12. Conclusiones

Hemos presentado como la complejidad es la mayor fuente de problemas para los grandes sistemas software. También hemos discutido cómo puede ser domesticada pero sólo a través de un esfuerzo consciente de evitarla en la cuando es posible y separándola cuando no lo es. Específicamente, hemos determinado que un sistema puede ser fructíferamente separado en tres partes principales: el estado esencial, la lógica esencial y el estado y control accidentales.

Creemos que la aplicación de estos principios al diseño del alto nivel de un sistema (utilizando diferentes lenguajes especializados para los diferentes componentes) puede ofrecer más en términos de simplicidad que la adopción no estructura de un único lenguaje de propósito general cualquiera (bien imperativo, lógico o funcional). La argumentación de este punto incluye un repaso de cada uno de los paradigmas de programación más comunes con especial atención a los puntos débiles de la orientación a objetos como un ejemplo particular de la aproximación imperativa.

En aquellos casos (como en los grandes sistemas preexistentes) donde esta separación no puede ser aplicada directamente creemos que se debe hacer énfasis en evitar el estado, el control explícito en la medida de lo posible y luchar por todos los medios de librarse del código.

Finalmente, ¿cómo salir del fango? ¿Cuál es la bala de plata? ...podría no ser el FRP pero creemos indudablemente que es la simplicidad.

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Footnotes

  1. Por "estado" nos referimos específicamente a estado mutable. Es decir, excluyendo cosas como por ejemplo las variables inmutables que sólo se pueden asignar una vez y que ofrecen los lenguajes de programación lógicos.

  2. De hecho las primeras versiones del lenguaje Oz (con concurrencia implícita a nivel de sentencia) seguían un modelo similar [vRH04, p809].

  3. Particularmente abstracción de datos innecesaria. Argumentaremos que esto pasa con la mayoría de la abstracción de datos en la sección 9.2.4.

  4. Este problema en particular no aplica a los lenguajes orientados a objetos que se basan en funciones genéricas (como CLOS) ya que no comparten el mismo concepto de encapsulación.

  5. N.T. intensional identity en el original.

  6. Usamos el término para referirnos a cualquier cosa excepto el núcleo de Prolog puro. Por ejemplo, incluimos a lo que a veces se describe como características meta-lógicas.

  7. Incluímos la palabra "relevante" porque, en muchos casos, pueden existir múltiples soluciones aceptables. En esos casos los requisitos pueden ser ambiguos sin que se consediere anbigüedad "relevante", es decir, no se trata de una omisión errónea.

  8. Si se dan amgiguedades irrelevantes esto significará que la infrastructura debe elegir una de las soluciones o quizás proporcionar todas ellas.

  9. Desafortunadamente la mayoría de sistemas gestores de bases de datos están bastante limitados en el grado de flexibilidad permitida por la correspondencia física/lógica. Desafortunadamente, los asuntos relativos al rendimiento físico pueden invadir el diseño lógico incluso cuando evitar esto era uno de los principales objetivos originales de Codd.

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Traducción al castellano del artículo "Out of the Tar Pit"

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